SEXISMO EN LA PUBLICIDAD
La publicidad está presente en
nuestro día a día y puede influenciar la forma en la que vemos las cosas y la
concepción que tenemos del entorno que nos rodea. Un recurso muy recurrente en
esto es el machismo, ya que en numerosas ocasiones se utiliza la figura de la
mujer como si fuera un objeto o comparándola con el propio producto que
queremos vender. Esto, aunque se supone que vivimos en una sociedad muy moderna
y avanzada, sigue ocurriendo a día de hoy.
Entendemos
como publicidad sexista al “conjunto de imágenes publicitarias que muestran
estereotipos de los roles de género que fomentan la desigualdad entre hombres y
mujeres” (El feminismo, s.f.).
Es
decir, algunas de las características comunes en este tipo de campañas son: la
presentación de la mujer en desigualdad con la figura del hombre (subordinada),
el énfasis en la estética y la apariencia femenina, la hipersexualización
femenina… (Vega
Montiel, A. y Lara Chávez, N.L., s.f.)
Un
titular que ha causado mucho revuelo últimamente decía “Pórtese como una mujer
y haga que su marido le compre esta lavadora”. Esto ahora mismo es concebido
como algo sexista e inapropiado, pero en aquella época (la década de los 70)
pasó completamente desapercibido y se veía como algo normal. En 2004, se
reformó la Ley General de la Publicidad para evitar que siguiera ocurriendo
esto, prohibiendo que utilizar la figura femenina de manera discriminatoria.
Sin
embargo, aunque no sean campañas publicitarias tan explícitas como las que
había antes, sigue existiendo mucha discriminación. Por ejemplo, en 2021 el
Observatorio del Instituto de la Mujer recibió casi mil denuncias por
contenidos machistas, perteneciendo aproximadamente la mitad a anuncios.
Todo
este tipo de mensaje suponen un gran problema y una amenaza para la ideología
de, tanto las futuras generaciones, como la actual, ya que la forma en la que
vemos el mundo está influenciada por la información que recibimos a diario y,
si vemos este tipo de campañas en nuestro día a día, nos puede resultar
complicado conseguir identificar por qué algo es sexista o está mal, ya que lo
tenemos tan normalizado que no lo vemos como nada malo.
Un ejemplo lo podemos ver en la campaña publicitaria de 2007 de la marca Tom Ford para promocionar un perfume.
Como características a resaltar, a mí personalmente no me parece que se trate de una imagen original, ya que es otra de tantas que cosifica a la mujer y utiliza el “camino fácil” para llamar la atención del público. Además, es una imagen muy simple y con pocos elementos, cuya función es claramente comercial y lo único que pretende es captar el foco de los consumidores para vender un producto.
También creo que se realiza todo de manera tan nítida y “realista” para resaltar lo explícito, ya que si se tratase de un dibujo o tuviese alguna variación visible que no se correspondiese con la realidad no llamaría tanto la atención, ya que estamos más acostumbrados a ver este tipo de imágenes. Sin embargo, al mostrar esta foto con buena iluminación, bien enfocada, con colores que destaquen… hace que sea algo realista y que sea un tipo de campaña publicitaria con la que la gente estaba menos familiarizada a ver de una forma tan pública y visible en la época
BIBLIOGRAFÍA
Vega Montiel, A. y Lara Chávez, N.L. (s.f.). Manual de comunicación con perspectiva
de género, enfoque de interculturalidad y derechos humanos. Gobierno
de Puebla, Instituto Poblano de las Mujeres.
de Grado, L. (2019). Publicidad sexista: los viejos nuevos códigos. Efeminista. https://efeminista.com/publicidad-sexista-viejos-nuevos-codigos/
Rodríguez, L. M. (2014). Publicidad sexista. El papel de la mujer en
publicidad. Universidad Rey Juan Carlos. Madrid. https://burjcdigital.urjc.es/bitstream/handle/10115/11928/LAURA%20MARIA%20RODRIGUEZ_TFG_NOV-13.pdf?sequence=1&isAllowed=y
El feminismo. (s.f.).
Publicidad sexista. El feminismo. https://elfeminismo.com/publicidad-sexista/
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